Israel amenaza con ofensiva en Líbano, entre intentos de Washington por apaciguar
Tras recibir la visita del principal mediador de la Casa Blanca en el conflicto entre Israel y Hezbolá, el Ejército israelí aseguró haber “aprobado” y “validado” una ofensiva militar contra la milicia chiíta, planes que Tel Aviv no ha detallado y que reciben el visto bueno de la cúpula militar. Y mientras Estados Unidos admite que la situación es “seria”, también afirma que la visita de su alto representante a ambos lados de la frontera es para “evitar una escalada mayor”.
El Ejército de Israel ha asegurado tener “aprobada” y “validada” por sus altos mandos planes para una ofensiva militar contra Hezbolá, declaración que se produce en medio de la visita de Amos Hochstein, el principal mediador de la Casa Blanca entre Israel y la milicia chíita, a la región.
Según el comunicado de las fuerzas israelíes, "como parte de la evaluación de la situación, se aprobaron y validaron los planes operativos para una ofensiva en el Líbano y se tomaron decisiones sobre la continuación del aumento de la preparación de las tropas en el campo".
Hochstein, quien el lunes visitó Israel y este martes llegó a Líbano, aseguró que la situación "es seria", pero que el Gobierno de Joe Biden quiere "evitar una escalada mayor" hacia una guerra, dijo el alto representante en una reunión el lunes, que juntó a Benjamin Netanyahu, a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y también a los líderes de la oposición.
Israel Katz, ministro de Asuntos Exteriores de Israel, mantiene una retórica belicista. Aseguró que se acerca el momento de "cambiar las reglas del juego" contra la milicia. El motivo, la publicación de un vídeo amenazador hecho con drones de Hezbolá donde aparece el puerto de Haifa, tercera ciudad más grande del país.
Hezbolá "se jacta hoy de haber fotografiado los puertos de Haifa, operado por grandes compañías internacionales de China e India, y amenaza con dañarlos. Nos acercamos al momento de decidir cambiar las reglas del juego", dijo hoy Katz en la red social X.
"En una guerra total, Hezbolá será destruido y el Líbano será severamente golpeado. Israel pagará precios en el frente y en la retaguardia, pero con una nación fuerte y unida, y con toda la fuerza del Ejército, restauraremos la seguridad a los residentes del norte", añadió el ministro.
El vídeo en cuestión se difundió en un canal de Telegram y muestra largo y tendido una recopilación de imágenes de paraderos residenciales y militares en la ciudad israelí. Y las imágenes, que podrían tratarse de un montaje, han sido validadas por el ministro de Defensa de Israel, lo que prueba el potencial que Hezbolá tendría para atacar zonas críticas.
Mediación de Washington
Estados Unidos está mediando por una desescalada, por lo que ha enviado a su negociador para apaciguar las –ya convulsas– aguas de la región. Y mientras un portavoz del Pentágono declaró que Estados Unidos no deseaba una guerra regional más amplia en Medio Oriente, el mismo enviado especial de Joe Biden dijo que había sido enviado a Líbano inmediatamente después de un breve viaje a Israel porque la situación era "grave".
"Hemos asistido a una escalada en las últimas semanas. Y lo que el presidente Biden quiere es evitar una nueva escalada hacia una guerra mayor", declaró Hochstein.
El mismo funcionario ya se ha reunido con el jefe del Ejército libanés y con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, que dirige el movimiento armado Amal, aliado de Hezbolá, y que también ha lanzado cohetes contra Israel.
Por lo tanto, existen esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos para garantizar el fin negociado de las hostilidades a lo largo de la frontera libanesa, unas maniobras que, lejos de menguar, alcanzan su punto más incandescente desde 2006.
Las armas que no llegan
Netanyahu comienza a acusar la falta de armas y se lo ha hecho saber al interlocutor que Washington le envió. De hecho, el máximo mandatario israelí calificó de "inconcebible" que Washington haya retenido en los últimos meses el envío de ciertas armas y municiones a Israel, a la vez que se ha mostrado esperanzado con que eso cambie próximamente.
"(El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony) Blinken me aseguró que su Gobierno está trabajando día y noche para eliminar estos obstáculos. Ciertamente espero que ese sea el caso. Debería ser así", ha remarcado Netanyahu.
Todo ello hace referencia al frenazo, a principios de mayo, del envío a Israel de 3.500 bombas, algo que preocupaba por su posible uso en áreas pobladas, como la de Rafah.
Blinken apuntó en una conferencia de prensa que aunque el envío de ese paquete en cuestión sigue "en revisión", no hay cambios respecto al respaldo mostrado al Ejecutivo de Benjamin Netanyahu. "El resto sigue en marcha con la perspectiva de asegurarnos que Israel tiene lo que necesita para defenderse de la multiplicidad de desafíos", indicó Blinken.
Estados Unidos se encuentra entre dos aguas: mientras debe seguir respaldando a su “aliado principal” –mediante ayuda armamentística y logística– también debe salvaguardar la opinión pública y lo que ocurra en sus calles y universidades, ahora mismo, en pie de guerra por su papel en la guerra de Gaza. Y con las elecciones a pocos meses, Biden sabe que un fallo de cálculos en cualquier área le puede salir caro y podría tenderle una alfombra roja a Trump en dirección a la Casa Blanca.
Por ello, el papel mediador en el foco bélico del Líbano ha sido tomado muy en serio en los despachos estadounidenses, que buscan evitar más encontronazos en Medio Oriente.(France24)